Gestión del estrés y bienestar: Ejercicio para reducir los niveles de cortisol

Tras analizar el papel de la nutrición en el primer artículo de nuestra serie "Gestión del estrés y bienestar", nos centramos ahora en otro componente crucial: El ejercicio regular. La actividad física es una forma natural y eficaz de reducir los niveles de cortisol y controlar el estrés a largo plazo.

Ejercicio y cortisol: cómo reacciona el cuerpo al ejercicio

El cortisol, que a menudo se denomina "hormona del estrés", es necesario en situaciones de estrés agudo para energizar y alertar rápidamente al organismo. Sin embargo, los niveles crónicamente elevados de cortisol pueden ser perjudiciales. El ejercicio desempeña un papel clave a la hora de ayudar al organismo a regular este exceso de cortisol.

El ejercicio regular, especialmente el entrenamiento de resistencia y los ejercicios de fuerza, pueden ayudar a reducir los niveles de cortisol a largo plazo. Un estudio de 2023 demostró que la actividad física regular reduce la actividad en la amígdala, una región del cerebro responsable de procesar el estrés. Esto no solo mejora la respuesta al estrés, sino que también favorece la gestión general del estrés.

Efecto agudo y crónico del ejercicio

  1. A corto plazo: Aunque el ejercicio intenso puede elevar los niveles de cortisol a corto plazo para ayudar al cuerpo a hacer frente al esfuerzo físico, los niveles se normalizan rápidamente después del ejercicio e incluso caen por debajo de los niveles basales a largo plazo. Este proceso mejora la resistencia al estrés y ayuda a evitar que los niveles de cortisol permanezcan crónicamente elevados.
  2. A largo plazo: El ejercicio regular conlleva una mejora de la calidad del sueño, que a su vez influye directamente en la regulación del cortisol. Los trastornos del sueño aumentan los niveles de cortisol, mientras que el sueño reparador estabiliza el equilibrio hormonal y favorece la resistencia al estrés.

¿Qué tipo de ejercicio ayuda más?

No todos los tipos de ejercicio tienen el mismo efecto sobre los niveles de cortisol. Se ha demostrado que las actividades moderadas como el yoga, caminar, bailar y montar en bicicleta son las que consiguen mejores resultados a la hora de reducir los niveles de la hormona del estrés y mejorar así el bienestar general. Los estudios demuestran que basta con 30 minutos de ejercicio moderado al día para reducir los niveles de cortisol.

Durante el ejercicio de resistencia, como el ciclismo, el cuerpo utiliza oxígeno para quemar grasas e hidratos de carbono y generar energía. Esto fortalece el sistema cardiovascular y mejora la eficacia de la captación y utilización de oxígeno por el organismo. Este proceso puede ayudar a reducir la presión arterial, mantener el corazón más sano y, por tanto, reducir el estrés.

Los ejercicios suaves como el yoga o el pilates, por el contrario, ayudan a calmar el sistema nervioso y favorecen la capacidad del organismo para adaptarse a situaciones estresantes a largo plazo. No sólo fortalecen el cuerpo, sino también la mente al favorecer la respuesta de relajación y reducir así el estrés crónico.

Ejercicio para las hormonas de la felicidad

Además del efecto directo sobre los niveles de cortisol, el ejercicio regular también mejora la liberación de endorfinas, conocidas como "hormonas de la felicidad". Estas hormonas mejoran el estado de ánimo y reducen los síntomas de ansiedad y depresión. La actividad física mejora la salud emocional y mental, lo que a su vez rompe el ciclo del estrés.

Conclusión: El ejercicio como parte de la gestión holística del estrés

El ejercicio regular es una forma natural y un componente esencial de un enfoque holístico para reducir de forma sostenible los niveles de cortisol y sentirse mejor en el cuerpo. Ya sea yoga, natación o una relajante caminata, cualquier forma de actividad puede ayudar a que el cuerpo sea más resistente al estrés. Al integrar el ejercicio en su rutina diaria, no sólo puede mejorar su salud física, sino también su resistencia mental. Es importante que el ejercicio no se perciba como una obligación estresante adicional, sino como una rutina alegre que puede integrarse en la vida cotidiana.

En la próxima entrada del blog de esta serie, examinaremos más detenidamente el siguiente módulo "Técnicas de sueño y relajación" y le mostraremos cómo puede mejorar de forma sostenible su salud y bienestar mediante estrategias específicas de gestión del estrés.

 

 

Fuentes:

  1. Fronteras: Estudio sobre el ejercicio físico crónico y la reducción del estrés (2023)
  2. Clínica Mayo: El ejercicio como herramienta de control del estrés (2023)
  3. Sports Nutrition Journal: Reducción del cortisol mediante el ejercicio (2022)
  4. Hill, E. E., Zack, E., Battaglini, C., Viru, M., Viru, A., & Hackney, A. C. (2008). Exercise and circulating cortisol levels: The intensity threshold effect. Journal of Endocrinological Investigation, 31(7), 587-591.
  5. Duclos, M., y Tabarin, A. (2016). El ejercicio y el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal. Fronteras de la investigación hormonal, 47, 12-26.
  6. Hamer, M., & Steptoe, A. (2007). Cortisol responses to mental stress and associations with heart rate variability. Psiconeuroendocrinología, 32(2), 105-111
  7. Perna, F. M., y McDowell, S. L. (1995). The effects of exercise intensity on the cortisol response to acute exercise in endurance athletes. Journal of Sports Medicine and Physical Fitness, 35(4), 290-297.
  8. Anderson, T., & Wideman, L. (2017). El ejercicio y la respuesta de despertar de cortisol: una revisión sistemática y metaanálisis. Medicina deportiva, 47(6), 1103-1114.

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